Crisis, paro, recesión, crisis, huelga,
desempleo, prima de riesgo, crisis, bonos, eurobonos, créditos, crisis,
manifestaciones, paro, crisis, paro, crisis, crisis, C-R-I-S-I-S!!!
Ahora sí que sí, yo me paro y me bajo del tren. Esto no va
conmigo. Vade retro!!
…
Y llegar a esta conclusión me ha costado
bastante. Saber qué quiere uno en la vida, cuándo lo quiere y qué está
dispuesto a hacer para conseguirlo son preguntas básicas como la vida misma. O
vamos, seré yo el rarito que prefiere llevar el timón de mi vida antes que
quedarme pasivo, sentado, contemplativo viendo cómo otros me arrastran hacia
sus intereses mientras les importo lo mismo que el precio de un peine (que por
cierto, cómo se las gastan, aunque lamentablemente voy necesitando cada vez
menos de esto…)
Qué fácil es quejarse. Lo acabo de hacer
y sin darme cuenta. Uno ve y le guste o no, desempolva el hacha de guerra y
comienza a cortar cabezas como si del nuevo videojuego matazombis de moda se tratase.
Un gustito… eh? Venga, me dirás que no.
Volviendo al motivo que me ha traído a
este rato que estamos compartiendo juntos tú y yo, me voy a permitir invitar a
tres personas. Son majetes eh, y tranquilidad, que está to’ pagao’.
El primero entra y dice: “la vida es
injusta, acostúmbrate”.
Qué putada. Perdón, perdón, no te exaltes
por favor. Pero así es. Y dirás, pues sí, conozco algún caso de injusticia…
todos los días… a todas horas… en cualquier parte del mundo. Vamos, que sí, que
la vida es injusta y la justicia es de todo menos justa.
La igualdad no existe, acéptalo, dicen.
Disfrútalo, digo yo. Qué mejor que sacar provecho de tus cualidades y
emplearlas, y es más, tal y como dicen en una reconocida serie de televisión a
la cual me encuentro enganchado, haz de tu punto débil tu fortaleza. Eres la
persona que mejor te conoces. ¿Hace cuánto que no te visitas?
El segundo comenta: “la vida es como
conectar puntos”.
Fácil y sencillo. Un juego de niños: aquí
está el 1… ahora el 2… ¡ahí está el 3! Resulta que el mundo es pequeño.
¿Recuerdas aquélla colección de piedras volcánicas hiciste de pequeño, aquél
campamento de verano al que fuiste con la gente del barrio o aquélla rubita de
ojos azules que jugaba en la plaza?
Como ser social que es el ser humano,
entre los que tú y yo nos encontramos, convivir y relacionarse es vital. En
inglés el concepto mola: networking.
En castellano se puede traducir como tu red de contactos. Sinceramente no me
importa cómo lo llames, con que tengas el concepto presente me vale. Quién sabe
si aquél ratoncito de laboratorio que tenías en clase de química puede ser el
gran contacto para tu futuro y que justamente necesite un experto en piedras
volcánicas. O que en una prueba de una dinámica de grupo en una entrevista de
trabajo saques a relucir tus conocimientos adquiridos en aquél campamento y
destaques sobre el resto o que aquélla rubita de la plaza se te la encuentres
diez años más tarde… y su mejor amiga se convierta en tu mujer. Yo es que soy
más de morenas.
Muchas cosas que te pueden parecer
insignificantes de tu pasado es posible que tengan su reflejo en tu futuro. Si
la tienen, ¡guay! Aprovéchalo. Y si no, aprende de ello.
Nunca un rechazo en un proceso de
selección, o incluso dejar tu relación con la novia que creías que iba a ser tu
mujer, lo tomes como algo negativo. Al revés, tómalo como una gran lección y sé
cortés, da gracias por su tiempo contigo. Ten siempre en cuenta que nadie ha
nacido aprendido, es más, aprender como lo hace un niño debe ser motivo de
admiración y un camino para recorrer y disfrutar mil veces.
El último que entra dice: “¡Mueve el
culo!” Y no lo dice precisamente porque no haya sitio en la mesa en la que
estamos.
Es fácil vivir en casa, con tus padres, a
pensión completa y ya de paso quejarse de todo. Pones la televisión y escuchas:
“Crisis, paro, recesión, crisis, huelga, desempleo, prima de riesgo, crisis,
bonos, eurobonos, créditos, crisis, manifestaciones, paro, crisis, paro,
crisis, crisis, C-R-I-S-I-S!!!”
¿Se repite, verdad? Así es. ¿Está en
nuestra mano cambiarlo? No, pues ni tú ni yo somos los que mandamos. ¿Sirve de
algo quejarse? Tampoco. Bueno sí, para aumentar tu nivel de amargura. ¿Queremos
esto? Yo no. Tú, que ya te conozco un poco, creo que menos. ¿Qué quieres?
¿Cuándo lo quieres? ¿Qué estás dispuesto a hacer por ello?
De estos tres invitados, dos son bien
famosos: el primero es Bill Gates, el segundo Steve Jobs y al tercero, dale
tiempo.
Me mola, me mola bastante. Creo que el 3º lo conozco de vista...
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